Recientemente ha habido mucho interés en la ivermectina como un fármaco potencial para el tratamiento de la COVID-19. Esto se basa en un estudio que muestra que cuando se prueba en células cultivadas en placas de cultivo, la ivermectina interfiere con la replicación del virus que causa el COVID-19. Sin embargo, en este momento no hay evidencia de que la ivermectina realmente tenga un efecto sobre el COVID-19 cuando se administra a las personas. Muchos medicamentos se comportan de manera diferente cuando se administran a las personas que cuando se prueban contra una capa de células en una placa, porque el cuerpo es un sistema mucho más complicado.
La ivermectina está aprobada para su uso en humanos para tratar varios tipos de parásitos, pero no está aprobada para su uso contra el COVID-19. También se utiliza en la práctica veterinaria. La FDA advierte que las personas no deben tomar ivermectina formulada para animales en un intento de prevenir o tratar el COVID-19. Las formulaciones diseñadas para animales pueden ser más concentradas o contener otros ingredientes que no están destinados a ser utilizados por humanos, y pueden causar sobredosis o efectos secundarios peligrosos. Lo más eficaz que puede hacer para protegerse del COVID-19 es vacunarse. Para aquellos que no han estado seguros de vacunarse porque las vacunas estaban bajo una autorización de uso de emergencia, la FDA aprobó recientemente la vacuna de Pfizer, Comirnaty.