La pandemia de COVID-19 tiene a muchas personas buscando remedios para prevenir o tratar la enfermedad. En particular, la reciente cobertura mediática de los ensayos clínicos de hidroxicloroquina (marca Plaquenil, entre otros) y un medicamento similar llamado cloroquina (marca Aralen) ha llevado a algunas personas a tomarlos sin receta médica, o a tomar una dosis más alta de la que se les ha recetado.
En los Estados Unidos, la hidroxicloroquina está aprobada para el tratamiento de la malaria, el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide. La cloroquina está aprobada para el tratamiento de la malaria. Si bien pueden ser muy efectivos en el tratamiento de ciertas afecciones, los efectos secundarios y la toxicidad pueden ocurrir incluso en dosis recetadas regularmente.
La toxicidad de la hidroxicloroquina y la cloroquina puede afectar a casi todos los sistemas de órganos. Los efectos pueden incluir dolor de cabeza, cambios en la visión o la audición, niveles bajos de potasio en la sangre y cambios en los latidos del corazón. Si se usa sin la supervisión de un médico, en combinación con otros medicamentos, o por alguien con problemas médicos subyacentes, los efectos secundarios pueden incluir latidos cardíacos irregulares (arritmia), convulsiones e insuficiencia cardíaca que conducen a la muerte.
El La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) recomienda: nadie toma hidroxicloroquina o cloroquina para prevenir o tratar la COVID-19 fuera de un ensayo clínico debido al riesgo de insuficiencia cardíaca. Este medicamento y las sustancias relacionadas con él (incluidas las que se encuentran en los aditivos para peceras) nunca deben tomarse sin la aprobación de un médico.
Si ha tomado hidroxicloroquina o cloroquina y le preocupa la posibilidad de efectos secundarios, llame a su médico o a la línea directa de Control de Envenenamientos al 1-800-222-1222. Para obtener más información, consulte el artículo del Blue Ridge Poison Center sobre la hidroxicloroquina.