Cuando el virus que causa el COVID-19 se identificó por primera vez en los Estados Unidos el año pasado, se propagó rápidamente a través de las comunidades de todo el país porque era un virus nuevo contra el cual no teníamos ninguna inmunidad natural. En pocas palabras, la inmunidad, o nuestra capacidad para resistir una bacteria o un virus, ocurre cuando nuestros cuerpos crean anticuerpos y/o células sanguíneas especializadas para luchar contra estos "invasores" infecciosos. Poner fin a la pandemia requerirá que un porcentaje significativo de personas se vuelvan inmunes a la enfermedad.

La inmunidad de rebaño ocurre cuando una gran parte de la población (el rebaño) es inmune a una enfermedad infecciosa. Si se protege a suficientes personas, existe cierta protección indirecta para aquellas que no tienen inmunidad, por ejemplo, las personas que no pueden vacunarse debido a su edad (niños muy pequeños) o debido a una afección médica subyacente.

El sarampión, las paperas, la poliomielitis y la varicela son ejemplos de enfermedades infecciosas que alguna vez fueron muy comunes, pero que ahora son raras en los EE. UU., en parte debido a la inmunidad colectiva. Hay dos formas de lograr la inmunidad de rebaño: cuando una gran parte de la población se infecta con la enfermedad o cuando una gran parte recibe una vacuna protectora. De las dos, la vacunación es mucho más preferible porque evita enfermedades innecesarias y la muerte asociada con la enfermedad real.

Aunque hemos aprendido mucho sobre la COVID-19 en el último año, no sabemos el porcentaje exacto de personas que necesitan vacunarse para alcanzar la inmunidad colectiva en una comunidad determinada. Los expertos no creen que vaya a haber un "día de la inmunidad de rebaño" que permita que la vida vuelva a la normalidad de inmediato. Y ciertamente aún no estamos en niveles lo suficientemente altos, pero cada día, más personas eligen vacunarse, lo que nos acerca a nuestro objetivo.

Aunque no hemos alcanzado la inmunidad colectiva, a medida que aumentan nuestras tasas de vacunación y disminuyen nuestros recuentos de casos de COVID-19 , estamos progresando. A fines de la semana pasada, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y el gobernador Northam anunciaron que las personas completamente vacunadas pueden disfrutar tomando medidas que nos lleven de regreso a una forma de vida más normal. Por ejemplo, las personas completamente vacunadas no necesitan usar una mascarilla cuando están fuera de casa. ¡Este es un poderoso incentivo para vacunarse!

Desafortunadamente, si bien estamos avanzando, la realidad es que esta pandemia es un desafío global y tendremos que ver aumentar las tasas de inmunización en todo el mundo antes de que realmente podamos dejar atrás el COVID-19 . Es importante reconocer que es probable que sigamos experimentando altibajos en estos tiempos sin precedentes, pero todos podemos hacer nuestra parte. ¡Vacunarse es la mejor manera de salir de esta pandemia!